Los deportes de combate son considerados disciplinas muy exigentes, no solo en lo físico sino también en lo emocional. 

Enfrentarse en solitario a un rival con intereses manifiestamente opuestos es algo bastante habitual en la vida diaria. Poder superarlo de manera eficiente y controlando la tensión de la situación no es una tarea fácil. Experimentar estas sensaciones en situaciones deportivas nos ayuda a superarnos a nosotros mismos y crecer como personas en el día a día.

A través de la práctica deportiva aumentamos la autoestima, el autocontrol, la tolerancia y el respeto a los demás, mejorando notablemente nuestro equilibrio psíquico. 

Los deportes de combate nos aportan una serie de valores difícilmente adquiribles en otras situaciones: Respeto, disciplina, tolerancia, humildad, superación, constancia…